domingo, 31 de agosto de 2008

Gustavo ya no tiene cuatro







Él cumple cada cuatro, porque cada cuatro cumple con él.

Y es que es verdad que en un instante él aprende del cuatro
lo que a cualquiera le llevaría cuatro años aprender. Él le saca
cuatro sonidos a la vez a cada una de las cuatro cuerdas del
cuatro, cuando muchos no le sacan ni de cuando en vez una
sola nota a las cuatro cuerdas del cuatro. Por eso es que
cada uno de sus cumpleaños hay que multiplicarlos por cuatro,
ya que uno de los nuestros es como cuatro de los de Gustavo
y su cuatro. Porque ya no son dos: Gustavo y el cuatro…
son cuatro: el cuatro y Gustavo y Gustavo y el cuatro… es decir, cuatro.

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