sábado, 30 de agosto de 2008

Desde el corazón del altiplano





Fue en abril de 2008 cuando tuvimos la oportunidad de abrazar al pueblo de Oruro. Pleno altiplano boliviano, donde el frío de los cuatro mil metros de altitud fue burlado por el calor humano de una gente que sabe lo que significa la hermandad. Gracias a los maestros Juan Carlos Cordero y Jaime Junaro, dos valores del canto trovador boliviano… de esos que dejan huella en quien los conoce… de esos que se entregan al público y sus amigos. Hoy me siento orgulloso de contarme entre uno de esos amigos. En el Oruro del Carnaval más famoso y esplendoroso del cono sur (patrimonio intangible de la humanidad), tuve la oportunidad de cambiar unas cuantas notas venezolanas y caribeñas por unos aplausos que llevo y llevaré por siempre en el alma.

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