lunes, 24 de marzo de 2008


Hoy da tristeza ver como la escena se repite, esta vez con mayor estatus y nuevos personajes. El imperio norteamericano pone el cóctel y la comida para agasajar a los gobiernos de derecha que han venido cumpliendo instrucciones al pie de la letra para intentar evitar el auge progresivo y efervescente de los pueblos que se revelan en pos de sus soberanías y su autodeterminación. Los dueños de las empresas de desinformación, lacayos de los lacayos, representan el equipo protocolar que cuida que se cumpla hasta con el más mínimo detalle… incluyendo las condecoraciones y demás reconocimientos a sus aliados de lujo como Mario Vargas Llosa. Los directores de estos medios, en fin empleados de los dueños del circo, como Eladio Láres, hacen las veces de los reporteros y cumplen con la función de reseñar con sendos editoriales, tanto impresos como audiovisuales las directrices provenientes de Washington… además de armar el despliegue de desinformación que bajo esa línea seguirá envenenando con mentiras la conciencia de muchos de nuestros compatriotas latinoamericanos. Lamentablemente, la versión moderna, estilizada y ya no pintoresca sino caricaturesca de los Sipemes la asumen algunos periodistas del continente que vacían las bandejas de alienación, falsedad y explotación… no con la astucia de aquellos polizones que se ganaron nuestra gracia, sino con la evidencia del estúpido que agradece a quien lo esclaviza… y no por la injusta pobreza que hace desarrollar la inventiva como única forma de supervivencia, sino por la miserable sed de beber del mismo cáliz que bebe su amo.

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