viernes, 3 de abril de 2009


Por cierto, entre la mayoría decisiva de este grupo que aprobó invertir el dinero de sus ciudadanos en salvar a los empresarios, están los que se niegan a firmar el acuerdo de Kioto para frenar el deterioro de la capa de ozono; los que invaden países lejanos y asesinan niños y mujeres embarazadas; los que critican las democracias populares que están emergiendo en América Latina, pero viven bajo regímenes monárquicos hereditarios; los que usan a niños africanos como conejillos de indias para probar medicamentos; los que pretenden usar nuestros alimentos como gasolina; los que se autoproclaman policías antinarcóticos del mundo y mantienen en el seno de sus países el más alto nivel de consumo de drogas; los que gastan la mayoría de los impuestos que cobran a sus ciudadanos en fabricar armas, y no en producir comida y seguridad social; los que critican al Gobierno Revolucionario de Hugo Chávez por invertir el ingreso del petróleo en programas sociales y solidaridad con nuestros países hermanos más pobres y no en financiar deuda de banqueros y grandes empresarios. Pero… ¡claro! Allí no se tocaron estos temas, porque la reunión era para auxiliar al mismo FMI que le negó auxilio a Argentina cuando más lo necesitó; el mismo que provocó el Caracazo en 1989 intentando imponer medidas criminales en Venezuela; el mismo que pretende cobrarle con presión a Ecuador y otros países latinoamericanos una deuda que ya han pagado con creces… por mencionar sólo algunas de las acciones criminales de este anatocista mundial. Por su puesto, en esa reunión las voces disidentes no tuvieron eco… igual que en la Asamblea General de la ONU, allí se impusieron los mismos de siempre.
En fin, potencias y banqueros… gobiernos de derecha y empresarios capitalistas… caimanes del mismo pozo. Como diría mi abuela: Dios los cría… y ellos se juntan.

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