martes, 2 de septiembre de 2008


Le coquetean a los reductos adecos y copeyanos que no hayan en que palo ahorcarse, con la esperanza de que, si estos recuperan el poder ellas (las putas mediáticas) asciendan nuevamente al estatus perdido. Le enseñan los picones a los empresarios a ver si se conduelen y aunque sea por lástima les den una limosna publicitaria. Le ofrecen el ruso, el checoslovaco, el griego y demás platos sexuales a uno que otro derechista de boina roja infiltrado en la revolución para que, bajo cuerda, les pague las piezas donde han tenido que vivir, desde que “llegó el Comandante y mandó a parar”.

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