Cuando bajaba del aeropuerto de El Alto a La Paz, vi por primera vez su nombre y su obra. Era un cuadro hermoso que representaba un sueño: Van Gogh recorriendo el altiplano boliviano. Tanto escuche hablar de él que busqué información… y supe que era el más reconocido pintor de Bolivia. Sólo él y su hermano Gustavo aparecen en los diccionarios mundiales de artes plásticas. Un día fui a su casa a conocerlo… y supe que su espíritu es más grande y brillante que su obra. Él cocinó para mí y yo canté para él… el escribió para mí y yo musicalicé para él… yo le dediqué una canción y él me dedicó un dibujo.