lunes, 22 de diciembre de 2008

Y... ¿QUIÉN ME DEVUELVE AL ZULIA?


“Y quién me devuelve el lago,
el que con aguas de seda
cautivó a Alonso de Ojeda
y fue orgullo del zuliano”

Con la misma melancolía que ha empezado a pasar de generación en generación… la misma que percibí en mis abuelos… la que mis padres heredaron… con esa misma añoranza colectiva crecí. ¿Y quién me devuelve el lago? Era y sigue siendo la pregunta. Pero ahora… y cada vez mucho más profunda. Porque no es solo el Lago. Ahora son un montón de cosas que van desapareciendo a la luz del silencio ensordecedor del falso regionalismo. ¿Quién me devuelve las patinatas en la plaza Bolívar o el Paseo Ciencia, Enrique Gotera?; ¿Quién me devuelve la Plaza Baralt?... pero no la estructura –que también es importante-, ¿Quién carajos me devuelve el espacio, Lía Bermúdez? Yo quiero caminar libremente por la magia del recuerdo; del tranvía del que me hablaron los viejos; “de las dulceras y la gente que le dio vida”, Willian Atencio. Yo quiero tropezarme con Curubinda, no con Mac Donald; quiero tomarme una cerveza en los “bares de mala muerte” con Gustavo Colina y Juan Carlos Guillén… no una maldita coca cola en un “Fast food de buena vida” con un paramilitar, cobrador de vacuna o un vendedor de dólar paralelo.

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