lunes, 22 de diciembre de 2008


¿Por qué en vez de levantar gigantescas y ostentosas vírgenes de plástico y cemento por todos lados para que compitan con la humilde tablita de la Chinita, no invertimos en recuperar el Hotel Granada; las casas centenarias de la calle Falcón; los Palafitos de Santa Rosa; el Mercado de los Buchones; los Ferrys… Rafael Sánchez? Explicámelo vos, Osias Acosta. ¿Por qué no denunciamos la venta de la joya colonial que fue la Iglesia San Felipe? ¿No te habéis dado cuenta que la convirtieron en un Salón de Fiestas, Padre Palmar? No me disfraceis de Manhattan la avenida Bella Vista, Manuel Rosales, ni 5 de Julio de Las Vegas. Más bien ¿por qué no nos devuelven el Complejo Ferial?... ¡Claro! El gratuito, no el del Maruma, que solo pueden pagar unos poquitos.
Por cierto, quien me devuelve el Amanecer Gaitero… Cubillán; el tradicional… Bocachico. Aquel al que podía ir cualquier persona y no los mismos que tienen suficiente dinero pa´ irse todos los años al Festival de la Salsa en Cali o Miami. Aquel amanecer gaitero de verdad y no el vallenatero… o merenguero… o reguetonero. Y dejo claro que no tengo nada en contra de esos valiosos géneros musicales. Ojalá hiciéramos nosotros con la gaita lo que han hecho Escalona, Carlos Vives o Celedón con su folclor: exponerlo en todo el mundo sin cargarlo de ritmos foráneos… Oscar González. Lo mismo que han hecho, desde Jhonny Ventura, hasta Wilfrido Vargas y Juan Luis Guerra con el merengue. Pero en fin… “prefiero mi gaita” Danelo Badell. Lo único que nos falta ver, Ramón Soto, es que la Serenata de la Aurora la den los Pela´os, Tacupae y Bacanos… mientras Nelson Romero y Ricardo Cepeda discuten en la puerta de la Basílica con los policías regionales pa´ que los dejen pasar.

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